lunes, 26 de diciembre de 2016

Breve historia de los Mercados de Derivados


Los mercados de productos derivados o a plazo, pueden parecer recientes, pero lo cierto es que han existido siempre y han ido de la mano del desarrollo del comercio.

En la “Politica” de Aristóteles se hace mención a que el sabio Thales de Mileto se enriqueció con uno de estos productos al acertar con la cosecha de la aceituna. También existen referencias en que se utilizaron este tipo de contratos a plazo durante la edad media entre agricultores y comerciantes, aunque el primer contrato de futuros tal y como lo conocemos hoy en día se realizó en Osaka en el siglo XVII, donde existía un mercado organizado sobre el arroz y este tipo de contratos daban liquidez a los grandes propietarios sin necesidad de que se desprendieran del activo. Los contratos eran por diferencias, no se permitía la entrega física, esto hizo que la distorsión de la formación de precios fuese tan importante que llevó al gobierno imperial a suprimirlo en 1869. Un tiempo después se volvió a restaurar.

El primer tratado de Bolsa del que se tiene referencia es “Confusión de Confusiones” escrito por un Judío español que vivió en Holanda, Joshep Penso de la Vega, su padre huyó a Amberes después de haber estado encarcelado un año por la Inquisición. En este libro, escrito en 1688, uno de los tres protagonistas, el accionista, explica a los otros dos, un mercader y un filósofo, el qué es una “Opsie”, y describe lo que es una opción Call y Put exactamente igual que como las entendemos hoy en día.

"Ahora están las acciones a 580. Creo que por la vuelta que se espera de la India, el aumento de la compañía, la calidad de los géneros, el reparto prometido y la paz en Europa, subirán mucho más. Sin embargo no me decido a comprar partidas en efectivo porque temo que fallan mis cálculos, y pueda sufrir un revés. Voy, pues, a los que dicen que toman Opsies, les pregunto cuánto quieren por comprometerse a entregarme cada partida a 600 hasta un cierto plazo, ajusto el precio, lo escribo en el banco, y sé que no puedo perder más que lo que pago. Así todo lo que suban de 600 gano, y lo que bajen no me inquieta no sobresalta"
                                                                                      Confusión de confusiones. J. de la Vega. 1688

Con todo, los antecedentes de los actuales mercados de derivados organizados hay que ir a buscarlos a Chicago. Allí nace el Chicago Board Of Trade (CBOT) en 1848 dónde se negociaban fundamentalmente productos agrícolas (arroz, trigo, soja…). La idea era que sirviera de conexión entre los agricultores y comerciantes. Al cabo de pocos años hicieron el primer contrato a plazo llamado “Contrat to Arrive”, que se hizo muy famoso. En 1898 el mismo CBOT crea una filial para la negociación de productos agrícolas elaborados llamado “Chicago Butter and Egg Board”, que luego en 1919 pasó a denominarse Chicago Mercantile Exchange (CME). A partir de 1961 empezó a ofrecer también contratos ganaderos.

EL CME era mucho menos importante que CBOT hasta que llegó casi por casualidad a finales de los 60 “Leo Melamed” uno de los padres de los mercados de derivados financieros. Leo Melamed, abogado de profesión, hijo de emigrantes polacos nacido en 1932, su familia emigró huyendo de la Segunda Guerra Mundial y se estableció en Chicago en 1941. Se convirtió en “Chairman” del “Chicago Merc” como se denominaba al CME en 1969. Bajo su mandato se innovó con el establecimiento de nuevos contratos a plazo más sofisticados, pero el golpe de efecto fue cuando el presidente Nixon declara la no convertibilidad del Dólar en 1971, donde se elimina definitivamente Patrón Oro, es decir el que la cantidad de dólares en se “imprimen” tengan que tener su equivalente en oro en la Reserva Federal[1]. Melamed supo prever la gran volatilidad que ocasionaría a los tipos de cambio y puso en marcha un proyecto para la creación de futuros sobre el tipo de cambio. El cambio cultural fue radical ya que los trader del CME, que estaban acostumbrados a negociar productos derivados ganaderos, no sabían nada de tipos de cambio. La presentación del producto fue con mapas de los países con las respectivas monedas. Estos productos supusieron un gran avance para el CME que ponía en jaque la superioridad había tenido hasta entonces el CBOT.

El CBOT reaccionó muy rápidamente, el entonces presidente, Warren Lebeck  fichó a un joven profesor de finanzas de la universidad de Berkley (California) de 22 años llamado Richard L. Sandor. Sandor diseño un contrato de futuros sobre hipotecas llamado GNMA (Goverment National Mortgage Association) que cubría el tramo largo de la curva de tipos. Los problemas de entrega a vencimiento de este contrato hizo que se modificase el subyacente al Bono del Tesoro americano a 30 años. Nació el futuro sobre el Bono Nocional. Fue un éxito rotundo, de hecho prácticamente no ha sufrido modificaciones desde entonces.

Tanto a Leo Melamed como a Richard L. Sandor se les considera los padres de los productos financieros derivados modernos.

El mismo CBOT creó una filial en 1976 que empezó a negociar Opciones sobre acciones. El Chicago Board Options Exchange (CBOE). Gracias a que Fischer Black y Myron Scholes en 1973 en su famoso artículo[2] por fin llegaron a una fórmula para poder valorar este tipo de productos, hecho que había supuesto un desafío matemático durante siglos. Posteriormente Robert Merton modificó la fórmula. Un producto bastante novedoso y que fue recibido con bastante escepticismo por parte del mercado, pero poco a poco se acabó imponiendo.

En Europa los mercados de derivados no llegan hasta 1978, año en que la Bolsa de Amsterdam,  considerada la más antigua del mundo  (1602)  constituye en Amsterdam la European Options Exchange, al principio como una Joint Venture con la Bolsa de Londres y luego sólo con capital holandés. Los comienzos fueron duros, pero la volatilidad de los tipos de interés durante los finales de los 70 y primeros de los 80 incrementó notablemente la actividad. El resto de mercados de derivados europeos comenzaron a crearse durante estos años 80. Así en 1982 se crea LIFFE (London International Financial Futures Exchange) y en 1986 MATIF (Marché à Terme International de France) impulsado por el Tesoro francés.

En España la reforma de los mercados de valores de 1988 permitió la creación de los mercados de derivados en España en 1988 OM Ibérica en Madrid y en 1989 MEFF en Barcelona, que posteriormente se unirían en el Holding MEFF.

El mercado de derivados Rofex en Argentina fue un mercado creado en 1909 primero con productos de commodities (agropecuarios como trigo, soja, maíz, etc…) y posteriormente en el 2001 incorpora derivados financieros. En 1986 se crea tras un par de fusiones BM&F en Brasil. En 1998 se crea en México Mexder con derivados financieros.  En el año 2009 comienza a operar derivados financieros la Bolsa de Valores de Colombia. Se crea en 2011 MILA, Mercado Integrado Latino Americano que integra las bolsas de Colombia, Lima, Santiago de Chile y México (se adhirió posteriormente en 2014).

Los mercados de derivados asiáticos tuvieron sus inicios en las Bolsas que ya estaban desarrolladas, especialmente, en Japón como la de Osaka (1878) y Tokio (1878) que se fusionaron en 2013 en Japan Exchanges Group que empezaron a contratar futuros financieros en 1988. En 1976 se creó la Hong Kong Futures Exchange (al principio denominado Hong Kong Commodity Exchange) comenzó a lanzar futuros financieros en 1986. En el año 2012 compran el mercado de derivados sobre metales de Londres (London Metal Exchange, LME). Korea Stock Exchange nacida en 1956 comienza a negociar futuros sobre índice en 1996. En Taiwan nace TAIFEX en 1998 y negocia derivados Financieros desde sus inicios.

El resto de los mercados asiáticos, nacen durante los años 90 y primeros de los 2000 fundamentalmente para la negociación de productos derivados sobre commodities como los chinos: Dalian Commodity Exchange (1993), Zhengzhou Commodity Exchange (1990) y Shanghai Futures Exchange (1999). En la India también nacen una serie de mercados de derivados. La National Stock Exchange (1992) con sede en Mumbai que es la Bolsa de Valores, en el año 2000 lanza sus primeros derivados financieros. Multicommodity Exchange (2003) y National Commodity and Derivatives Exchange (2003), son dos mercados de derivados sobre commodities índios.

Hoy en día los mercados de derivados asiáticos constituyen una parte muy importante del volumen mundial.




[1] Un Dólar era 1/20 onzas de oro.
[2] Black, F. y M. Scholes, 1973, “The Pricing of Options and Corporate Liabilities”, Journal of Political Economy, Vol. 81, pg. 637- 654. Scholes y Merton recibieron el premio Nobel en 1997, Black falleció en 1995, de no ser así, también lo habría recibido.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Riesgo de Skew

Riesgo de Skew[1]
Este artículo es un poco más técnico que otros que hemos hecho, pero que nadie se asuste, es un tema relativamente sencillo de entender. El objetivo no es otro que desmitificar el riesgo de Skew en opciones. Como demostraré a lo largo del artículo, se trata de un riesgo difícilmente controlable pero bastante limitado. Lo que realmente genera rendimientos positivos o negativos, es el movimiento del activo subyacente o de la volatilidad implícita.
Una vez explicadas en qué consisten las estrategias direccionales en el artículo anterior, veamos en qué consiste ese riesgo/oportunidad adicional que nos ofrece el Skew. En algún artículo previo ya hemos explicado que el Skew es la curva que relaciona diferentes niveles de volatilidad con la cadena de precios de ejercicio. Este Skew refleja realmente las probabilidades que están atribuyendo los market makers  a que el precio del activo se mueva en una u otra dirección. De hecho, el Skew otorga una información tan valiosa que es consultado como un indicador, como si se tratara del PER o la rentabilidad por dividendo.

Cuadro 1: Skew de volatilidad 95%-105% de opciones de IBEX 35®. Fuente: José María Valle, PhD, FIA. Ahorro Corporación.

Como se puede comprobar en el cuadro 1, en el que se mide el Skew de volatilidad del IBEX 35® 95%-105% y el propio IBEX 35®, lo que se hace esta medición del Skew, es calcular la diferencia diaria que existe entre la volatilidad implícita de una opción de un precio de ejercicio un 5% por debajo del subyacente y otra de un precio de ejercicio un 5% por encima. Si la diferencia es positiva (Skew inclinado), es que el precio de ejercicio inferior cotiza con una volatilidad superior, que es lo normal en renta variable. Con el gráfico anterior lo que tratamos es detectar si el skew está especialmente empinado (pendiente negativa) o especialmente aplanado (incluso teniendo un poco de pendiente positiva). Un Skew muy inclinado denota que el mercado quiere comprar Put para proteger la cartera y está dispuesto a pagar volatilidades altas, esto quiere decir que el mercado otorga posibilidades a que haya una caída brusca. Por otro lado, que la pendiente sea plana o incluso positiva (número cercano a cero o negativo) significa que el mercado está tranquilo. Los participantes del mercado que tienen una cartera, habitualmente venden Call fuera del dinero para intentar “rascar” algo de rentabilidad extra en un mercado lateral (Call Overwriting o BuyWrite) o incluso compran Call si lo ven muy alcista; en esas ocasiones es cuando la pendiente del Skew de vuelve positiva.

Las estrategias direccionales, como hemos visto anteriormente, están simultáneamente comprando y vendiendo opciones en precios de ejercicios alejados del activo subyacente, por ello corren el riesgo de que un aplanamiento o empinamiento del Skew genere un beneficio o pérdida extra. Ahora veremos cómo este riesgo es bastante limitado, lo que realmente genera los beneficios o las pérdidas en este tipo de estrategia es el movimiento del activo subyacente.

Así que antes de tomar una posición direccional en el mercado con opciones, es habitual echar un vistazo al Skew e intentar determinar si pensamos que va a haber aplanamientos o empinamientos. Si el movimiento es de aplanamiento, normalmente la volatilidad de los precios de ejercicio que están por debajo del subyacente disminuye y la volatilidad de los precios de ejercicios superiores aumenta o se mantiene.  Así, lo ideal sería estar vendido en el precio de ejercicio inferior y comprado en el superior, que es lo que sucede cuando se tiene un Risk Reversal Alcista. Por el contrario, si el Skew está muy plano y se espera que se empine, normalmente lo que ocurre es que aumenta la volatilidad de los precios de ejercicio inferiores  y disminuye o se mantiene la de los superiores. Por eso para beneficiarnos de ello, la estrategia debería tener comprada la opción de precio de ejercicio bajo y vendida la de precio de ejercicio alto tal y como ocurre como en la compra de Call Spread. Podemos comprobar lo anterior en el cuadro 2, las fechas rojas indican el aplanamiento y las moradas el empinamiento.

Cuadro 2: Cambios en la pendiente del Skew e intervenciones en el mercado. C= compras de opciones y V= ventas de opciones. Fuente: elaboración propia.

La realidad de la dinámica del Skew es un pelín más compleja. El cambio de pendiente suele ir mezclado con movimientos paralelos hacia arriba o hacia abajo de la curva. Además, es habitual utilizar el Moneyness (Precio de ejercico/Activo subyacente) para medir el Skew, es decir, utilizar siempre la referencia 95% - 105% o 90% 110%,  así no hay que estar sustituyendo los precios de ejercicio cuando se mueve el activo subyacente. Sin embargo, en la realidad, a pesar de ser muy útil esta medición, cuando se toma posición en opciones, se hace sobre unos precios de ejercicio determinados, por lo que también conviene medir el Skew sobre los precios de ejercicio.

Pongamos un ejemplo con datos reales para ilustrar esto más claramente. El día 1 de julio de 2016, el IBEX 35® está a niveles de 8227,1 y el futuro de vencimiento Septiembre 2016 (3 meses a vencimiento) cotiza a 8197.  La diferencia entre la volatilidad de la opción 95% y 105% es 4,2 puntos y haciendo un análisis de los últimos dos años, esos 4,2 puntos están un percentil 96%, es decir que en los últimos 2 años el 96% de los días ha estado más plano que hoy, lo cual indica que lo normal es que se vaya a aplanar. Si somos alcistas en el IBEX 35® podríamos proponer las dos estrategias que hemos visto en el artículo anterior:

o   Risk Reversal (túnel) alcista. Si esperamos que se vaya a aplanar el Skew mientras sube el activo subyacente, quiere decir que pensamos que la volatilidad del precio de ejercicio 95% va a bajar y la del precio de ejercicio 105% va a subir. Así, la estrategia es estar vendidos de la Put precio de ejercicio 95% y comprados de la Call 105%:
·         C/ CALL precio de ejercicio 8600 de septiembre 2016 y pagamos 224€ de prima.
·         V/ PUT Precio de ejercicio 7800 de septiembre 2016 e ingresamos 266€ de prima (netamente nos ingresamos 42€).
o   Compra de Call Spread. Compramos el Call precio de ejercicio 95% y vendemos otro Call precio de ejercicio 105%. Se beneficiaría en el hipotético caso de un empinamiento del Skew, ya que se compra el precio de ejercicio 95% cuya volatilidad se espera que aumente y se vende el precio de ejercicio 105% cuya volatilidad se espera que disminuya.
·         C/ Call precio de ejercicio 7800 de septiembre 2016 y pagamos 658€
·         V/ Call precio de ejercicio 8600 de septiembre de 2016 e ingresamos 224€ (netamente pagamos 434€)

Pasados dos meses, el 1 de septiembre revisamos la situación y nos encontramos con lo siguiente:

  • El futuro de IBEX de Septiembre 2016 ha subido a 8742,7 (+6,29%)
  • Risk Reversal alcista: El Call tiene una prima de 219€ (pérdida de -5€) y el Put tiene una prima de 3€ (beneficio de +263€). Total,  un beneficio total de 258€, sobre la referencia inicial de 8197 es un +3,15%. El Risk Reversal genera un Beneficio de +3,15%, mientras que el futuro ha subido un +6.29%. El Risk Reversal ha subido un 48% de lo que ha subido el subyacente.
  • La compra de Call Spread: El Call 8600 tiene una prima de 219€ (beneficio de 5€) y el Call 7800 tiene una prima de 948€ (Beneficio de 290€). Total un beneficio de 295€, sobre la referencia inicial es 3,60%. El Call Spread ha subido un 57% de la subida del activo subyacente. 
Veamos ahora qué ha pasado con el Skew.
Tal y como podemos apreciar en el cuadro 3, el Skew medido por moneyness a 3 meses, es decir, si se toma como referencia la volatilidad de los precios de ejercicio 95% y 105%, se ha empinado desde el 4,2 inicial a un 6,1, tal y como observamos en el cuadro de la izquierda. Sin embargo, si nos fijamos en las etiquetas, los precios de ejercicio 95% y 105%, el día 1 de septiembre no se corresponden con los mismos que eran el 1 de julio.  En el gráfico de la derecha, se representa el Skew medido por strikes y podemos ver la foto completa, al subir el activo subyacente, el Skew se ha desplazado horizontalmente hacia abajo y se ha empinado un poquito más, pero los precios de ejercicio 95% y 105% ya no nos sirven de referencia, si buscamos los mismos precios de ejercicio en los que se ha tomado posición (7800 y 8600) se ha empinado todavía más hasta +7.7 puntos de diferencia. Tómese unos segundos para mirar el cuadro 3 despacito y digerir lo que he contado en este párrafo.

Lo que ha ocurrido es que ha subido el activo subyacente y no solo no se ha aplanado el Skew sino que se ha empinado todavía más.  El movimiento del Skew casi nunca suele ser paralelo ya que los precios de ejercicio por debajo del activo subyacente (Call ITM y Put OTM) son más “pegasosos” (Sticky) que los precios de ejercicio superiores.

Cuadro 3: Resumen de movimiento del Skew. Fuente: elaboración propia.


Es muy complicado intentar predecir el movimiento del Skew; cuando crees que está muy empinado… ¡todavía se puede empinar más! Sin embargo, la buena noticia es que afecta muy poco a la posición. De hecho, si el skew se hubiera mantenido:
En el Risk Reversal el beneficio habría sido de 298€ en vez de 258€ (es decir un 3,63% en vez de un 3,15%). En el Call Spread el beneficio hubiera sido 254€ en vez de 295€ (es decir un 3,09% en vez de un 3,60%).
A estas estrategias direccionales lo que realmente les afecta es el activo subyacente; el movimiento que tenga el Skew, ya sea a favor o en contra, aporta relativamente poco.
Conclusiones:

  • Las estrategias direccionales con opciones utilizan combinaciones de compras y ventas de opciones, así reducen la exposición al paso del tiempo y la volatilidad.
  • Un Risk Reversal (Túnel) es una estrategia a coste cero que tiene una sensibilidad más baja que el activo subyacente. Si el subyacente está entre los precios de ejercicio está sensibilidad irá bajando mientras que si se mueve más allá de los precios de ejercicio, se irá pareciendo cada vez más al activo subyacente. Por tanto, al tomar esta posición se espera que haya un movimiento fuerte. Se suelen seleccionar los precios de ejercicio para que la prima neta sea cercana a cero y en puntos de referencia como soportes o resistencias. El Risk  Reversal alcista se beneficia además de aplanamientos en el Skew.
  • Un Call Spread (o Put Spread) es una estrategia bastante barata que tiene todavía menos sensibilidad al activo subyacente que el Risk Reversal. Si el movimiento es amplio, más allá de los precios de ejercicio, pierde completamente la sensibilidad. La versión alcista del Call Spread, además se beneficia de empinamientos en el Skew.
  • A las estrategias direccionales, aunque tienen riesgo de Skew, el efecto de la volatilidad es muy limitado, lo que realmente les aporta los beneficios o las pérdidas, son los movimientos del activo subyacente.




[1] Agradezco enormemente a José María Valle, PhD, MFIA, gran analista de volatilidad y profesor del Máster mFIA toda su ayuda en este artículo.